lunes, 19 de noviembre de 2007

seamos felicies mientrás estamos aqui..

cada vez dudo más de volver...esto va en respuesta al gronchis, del libro de Carlos Unalovsky, exilado por otras razones, en México. Con todo mi amor a Vane, que nos deleitabamos con Ulanovsky en las mañanas. "En demasiadas ocasiones, viviendo afuera, me sorprendí a mi mismo ejercitando un juego intelectual inútil y destructivo: el de las diferencias entre la ciudad de México y la ciuda de Buenos Aires. Por suerte, a medida que fue pasando el tiempo, y apesar de que nunca abandoné sinceramente la necesidad de comparar, todo mi cuerpo, mi mente y mi metabolismo fueron aceptando que ya no vivía en Buenos Aires (...)Yo era uno más de aquellos que imaginaron siempre a su país como a una entidad todopoderosa, mezcla por partes iguales de "gran papá" y de " gran mamá", insustituibles, invencibles, que hasta el fin de mis días se ocuparían de saciar mis cambiantes necesidades. La realidad me acababa de demostrar que estaba equivocado y que los países, ni siquiera el mío, no estaban a mi disposición. (...)Por eso la hiriente y poco práctica pregunta ¿qué hago yo aqui? fue perdiendo sentido y fue reemplazada por otra, tanto más dolorosa como realista ¿qué sería de mi allá?. Todos estabamos en medio de un desprendimiento dificil: nos resistiamos a pertener a México, a decidirnos por el nuevo lugar, pero también aceptábamos que era conveniente distanciarnos de nuestra ciudad natal. En esa dialéctica vital, que cambiaba día a día, muchos empezamos a preguntarnos ¿qué es la ciudad de uno?(...) Todos entendimos que en la ciudad de uno, nadie requeriria de tantas aclaraciones".

2 comentarios:

MM dijo...

Muy bueno y sentido.

Si bien viví y pasé tiempo en otros lugares, nunca extrañé "mi país", no hay cómo aquel lugar que se ama como propio y mis países son Humahuaca, San Petersburgo, Roma, Berisso y San Javier; donde estoy bien me siento como en casa.

Nada tiene que ver con el DNI o la partida de nacimiento. Pero nuestras pulsiones de muerte nos hacen dudar.

Nuestro inconsciente que no se acostumbra a que seamos felices y nada más, nos hace añorar aquello que nunca nos importó demasiado.

La Patria es una entelequia si el amor no es recíproco. Y por estos lados no hay mucho amor que dar por ahora.

Lo bueno, como decís es la aceptación. Porque sino terminaríamos como los viejos inmigrantes italianos que se negaban a aprender el español luego de 50 años (ya no hay gente que hable en cocoliche, se murieron todos).

Siempre añorando un país que sólo existía en sus cabezas, al punto que cuando podían volver nada les era familiar. Parientes envejecidos, calles cambiadas, risas y recuerdos forzados.

No eran de acá ni de allá.

Por éso se enfocaban en el éxito económico, porque era la única patria reconocible.

La felicidad no aparece en un GPS, porque está a un pensamiento de distancia.

Saludos amiga!!!

PD Si se viene compre chaleco antibalas.

Anónimo dijo...

La aceptacion, esta aceptada. Estoy aca, no estoy alla. Reconozco aqui las calles como mias, las quiero, mi pequenio Tel-Aviv, sus pequenias calles, su gran mar, la sensacion de pequenio pueblo, al lado de la imponenete Buenos Aires (Por mas que aqui Tel-Aviv sea considerada la GRAN ciudad)... pero, y si el pero existe, Buenos Aire, Buenos Aires, Buenos Aires de mi alma. Soy tambien de alla, me recoconozco en sus sonidos, en sus olores, en sus colores. Yo soy argentina y soy tango, no puedo evitar la nostalgia y el amor incomensurable y los recuerdos tan actuales de las tardes perdidas en el cementerio de la recoleta escondiendonos para fumar el Le Mans tan ansiado, los encuentros en la esquina y no te tengo que decir cual es...
NO se, yo sigo sintiendo el "no soy de aqui ni soy de alla" y a veces "soy de aqui y soy de alla", pero no me molesta este sentimiento, ni creo que tenga problemas de identido ya que al fin y al cabo soy feliz con mis amores y eso es lo que me marca la pertencia, aqui, alla, o en Tokio.
A proposito, maniana se casa Nati, quisiera estar alla, esas son las cosas mas jodidas de la distancia, estamos sufriendo las dos por esto.
Llamame.